Gurdjieff dio diferentes versiones de esta ley porque no quería presentarla en forma clara y concisa. Sus discípulos han tomado diferentes posiciones basadas en interpretaciones subjetivas. Hay que reconocer que la ley de tres se presentó en tal forma que no daba cabida ni a confusión ni ambigüedades. No fue así la ley de siete.
Para comprender la ley de siete se debe invertir la numeración del eneagrama. La numeración empieza por uno y termina en ocho cuando se recorre el eneagrama en sentido inverso al de las manecillas del reloj, a partir de nueve. De esta forma 7 es mi y no la. El nueve representa al ABSOLUTO final.
Además es necesario modificar la secuencia 1,4,2,8,5 y 7, añadiendo 7 al principio y uniendo los tres primeros y los cuatro últimos: la serie quedaría: 7,1,4,2,8,5 y 7 y agrupando : 714 ( mi, si, sol ). y 285 y 7. ( la, re, fa y mi). Esa es la expresión más completa de la ley de siete.
Otro punto a destacar es que la ley de siete actúa en forma preferencial y muy evidente en la formación de las octavas neutralizantes o intermedias, que nacen de la acción de las octavas inmediatamente superiores con las octavas inmediatamente inferiores cuando dicha interacción es autorizada por la voluntad de la mencionada octava superior.
A partir del choque entre fa y mi de dos octavas del mismo nivel aparece una octava independiente, donde por efecto de este choque mi ( o siete) se convierte en si ( uno ) de la octava siguiente y re ( ocho ) se vuelve la ( dos ). Este es un ejemplo de las características del choque involutivo, donde las octavas, en su trayectoria involutiva o creadora, producen una octava exterior del mismo nivel de ser de sus octavas progenitoras. Este choque en el caso del hombre y la mujer es el acto sexual normal que produce la concepción de un nuevo ser humano. Se representa por el número seis del nuevo eneagrama y la carta 6 del Tarot.
El choque evolutivo puede realizarse entre sol ( cuatro ) y la ( dos ) de la octava inferior por atracción de re ( ocho ) y mi ( siete ) de la octava superior. Este choque en la forma como lo estoy presentando aquí fue deliberadamente ocultado por Gurdjieff, por motivos desconocidos. En el hombre es el primer choque consciente y produce una hija interna y sutil llamada alma que puede considerarse como una octava interior independiente que representa en su desarrollo la ley de siete. Al empezar a darse voluntariamente este choque evolutivo sol ( cuatro ) de la octava inferior es atraído primero por la ( dos ) y también por si ( uno ) de la misma octava hasta formar el embrión de la octava intermedia.
Posteriormente con el patrocinio de la octava superior, Espíritu en el caso del hombre, crece y se desarrolla completamente dicha octava media, Alma u octava del aire.
Lo expuesto anteriormente voltea patas arriba la presentación de Gurdjieff y da origen a una reinterpretación que es motivo de otro artículo.