El objetivo inmediato del trabajo sobre sí mismo es atraer y fijar los elementos sutiles que nos permiten iniciar el proceso de construir el alma que es el objetivo remoto.
La condición inicial es tener como mínimo más del 5% de los materiales más finos que conforman los centros superiores mental y emocional, de lo contrario, será imposible iniciar este proceso. A los que tienen un porcentaje menor, pueden considerarse muertos para esta senda de crecimiento interior
La otra condición es tener un cierto desarrollo de la esencia y una actitud abierta a considerar las observaciones del maestro y de sus compañeros acerca de su personalidad y de su esencia.
Debe ser capaz de aceptar que por más fuerte y desarrollada que pueda parecer su personalidad, realmente esa parte de sí mismo no tiene nada que le pertenezca y debe aceptar que si se enorgullece del concepto que tiene de sí mismo, si ese concepto se ha formado por los "Yoes" de la personalidad, no corresponde a lo que realmente es, sino que su contenido es ajeno y prestado.
En la primera etapa debe aprenderse a discernir y distinguir entre la personalidad y la esencia. Este es un trabajo largó y arduo. Puede afirmarse que es un esfuerzo por ser auténtico, por ser sincero consigo mismo y con su maestro. Esta es la primera barrera difícil de superar. Sino se supera, nada es posible y todo concluye sin llegar al punto donde comienza el camino.
Debe aceptarse el hecho mismo de que estamos dormidos y que no tenemos conciencia de sí mismos. Debe aceptarse que no podemos hacer nada y que todo nos sucede por causas inconscientes y por la programación de nuestra máquina invisible.
En una segunda fase, debe identificar el factor o defecto principal que sostiene su personalidad e impide y oculta la expresión de su esencia
