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jueves, 9 de enero de 2014

Para qué sirve la meditación




La meditación sirve primero para despertar, luego para liberarse de todo aquello que impide que los centros superiores tomen el control de nuestro ser y alimenten el embrión de alma.

Alguna vez Gurdjieff dijo: "La atención, la oración, y la meditación hacen el Alma". Con ello se refería a todas las herramientas que pueden usarse para construir el alma en una secuencia correcta o simultáneamente. Primero se trabaja aumentando la calidad y cobertura de la atención. Pero para el trabajo sobre la atención, se empieza mejorando la memoria de sí mismo. La oración permite alimentarse de los hidrógenos más finos y debe ser acompañada de la respiración consciente para ampliar su efecto.  

La meditación concentra y tiene como supuesto el trabajo con la oración y la atención. El objetivo general de la meditación es establecer un nuevo centro de gravedad, diferente al centro sexual que es nuestro centro innato. Este nuevo centro de gravedad son nuestros centros superiores emocional y mental.

Después de establecer ese nuevo centro de gravedad, poco a poco va emergiendo el alma que se alimenta por trabajo sobre si mismo de la respiración consciente, del recuerdo de si, identificación con las emociones conscientes de fe, esperanza y amor y no identificación con las emociones negativas. Todo lo anterior también constituye una forma de meditar y puede verificarse y promoverse por la respiración consciente.